mayo 28, 2013

Desiertos y cicatrices


Parece apropiado escribir estas líneas mientras en el tocadiscos suena Desertshore, ese oscuro, melancólico y casi inaccesible álbum de música vanguardista de 1970, obra de Nico tanto como de John Cale.
     La Cicatrice intérieure es un film experimental de 1972, dirigido por Philippe Garrel cuya característica más notable es la presencia de la propia Nico como actriz principal, quien además de prestar sus dotes histriónicos para la película, también presenta cuatro canciones tomadas de Desertshore y una más (“König”), que no aparecería en un álbum sino hasta Camera Obscura de 1985, aunque en una versión distinta.
     Se trata de una película introspectiva, el relato/retrato simbólico de una cicatriz interior, es decir psicológica. Una cicatriz es la huella de una herida anterior, algo que queda, en este caso debe tratarse de una herida emocional, interior. La película se desarrolla a lo largo de un collage en el que se suceden varios capítulos o escenas sin conexión ni orden aparente, salvo por los escenarios desérticos (Egipto, Islandia, Death Valley). En cada episodio, Nico interpreta a lo que podrían ser varias mujeres o, lo más probable, a varias versiones de una misma mujer. Es un filme con un significado profundo inaprehensible, pero no hay duda de que está ahí, elusivo, probablemente doloroso. Por momentos, la mujer la ruega al hombre que la rescata, que se quede con ella, para al siguiente momento gritarle con desesperación que se vaya.
     La pérdida y el encuentro, la herida circular, recursiva, marcharse para volver al mismo punto de donde se ha partido, para lograr al final la quema o sepultura del objeto amado/perdido. Si es así, estamos frente a un filme que algo quiere decirnos sobre el proceso de duelo ante la pérdida del ser amado, se intuye que ante la separación de los amantes. La cicatriz interior debe ser el recuerdo doloroso de aquel otro que se fue, en lo que se siente como un abandono, un abandono en un desierto imaginario. 
     Uno de los temas que saltan de Desertshore a La Cicatrice intérieure es “Abschied”, que en su título original llevaba por nombre “Abschied Ode (Death/Farewell)". ¿No es esta película también una oda de despedida a ese otro que se ha perdido? ¿O quizá una despedida, un aviso de la muerte que se aproxima? Porque la separación de los amantes es tan profundamente dolorosa que se vive con la misma intensidad que la muerte de seres queridos, con la diferencia que frente a la separación, se experimenta una sensación de despojo, de abandono, de estar uno perdido, y si no se tiene cuidado, realmente se puede terminar perdido en las fantasías interiores, en un desierto de tristeza y recuerdos.