mayo 26, 2007

Dos poemas

Carmín Alma

Caminando a tropiezos
perdiéndose de las tardes
con la voz de terremoto
y va cayendo total
mente cansada
hacia lo marginal de los silencios.
De haberse marchado
y sin manchar sus manos
la sangre
sería hoy sólo un carmín.
Entre los silencios
que no hacen
eco en la memoria
del olvidadizo hombre
de un pasado mejor
y más ligero
como una alma en vuelo
y de nubes y gota de tormenta.
Duerme el hombre todo
arista tras arista
hueco lleno de cansancio
y cuestionándose
sin boca
con los ojos negros
sobre la tristeza que cae
gota a gota
en un charco de sus sueños.




Árboles

los árboles
que cuelgan de t
u
pecho yo me
oculto en s
u
sombría
frescura
que no deja que e
l
sol caiga
sobre
m
i
cabeza y
la sangre
hierve olor
a
sal


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